El pasado 22 de octubre, varios socios de ASATI y personas afines al mundo lingüístico fueron a la ciudad de Tarazona para visitar la Casa del Traductor. Una nueva actividad organizada desde la Junta de ASATI y con la inestimable ayuda de nuestra socia Tatiana Pelardas.
La concejala de cultura de Tarazona, Waldesca Navarro, nos dio la bienvenida en una sala con espléndidas vistas a la ciudad y comentó los esfuerzos realizados por parte del Consorcio de la Casa del Traductor para mantener esta institución ─única en España─ y apoyar a los profesionales de la traducción literaria. Por otra parte, expresó su interés en buscar vías de colaboración con nuestra asociación y nos dejó con Ana Ledesma, secretaria de la Casa del Traductor. Pudimos conocer las diferentes zonas de la casa (oficina, sala de trabajo, salón común, cocina y habitaciones), que dispone de todas la comodidades para que los residentes puedan trabajar en buenas condiciones y se sientan como en su casa durante su estancia.
La visita acabó con una charla muy interesante con dos de las residentes actuales del centro: Rada Pachovska, que está traduciendo al búlgaro Poemas Poesías XXI (Poesías escogidas) de Antón Castro, Alfredo Saldaña y María Victoria Atecia; y Margot Nguyen, que traduce al francés la novela Pequeña Flor de Iosi Havilio. Rada y Margot nos presentaron su experiencia en el mundo de la traducción literaria y sus maneras de trabajar. Explicaron que la estancia en la Casa del Traductor es como un retiro que les permite salir de la rutina para dedicarse plenamente a la obra que están traduciendo y una buena manera de conocer el país, su cultura y de seguir la evolución de la lengua. El encuentro resultó muy enriquecedor y ameno.
Después de la comida, disfrutamos de una interesante visita guiada de Tarazona, a la cual nos invitó la Casa del Traductor a través de la fundación Tarazona Monumental. Descubrimos la catedral que se reabrió no hace mucho tras más de 30 años de trabajos de restauración y seguimos callejeando por la ciudad turiasonense, parando en la plaza de toros vieja y en diferentes calles del barrio de la Judería. Acabamos la visita delante de la casa consistorial y su imponente fachada de tres pisos.